sábado, septiembre 04, 2004

Vergüenza propia

Tamagotchis:

Para los que no lo saben, para los que no lo recuerdan.
Antes de Banco RIO trabajé en una empresa que se llamaba Internet Securites en donde tuve un "trailer" del estado de incomunicación en el que me encuentro.

En esa época, previa a estudios (y al mismo hecho de haber trabajado ahí, que me ayudó muchísimo) yo no hablaba una pepa de inglés.

Tuve una reunión con el número 1 de Argentina y el 2 del mundo (Cleve Miller y Cameron Lockhead, respectivamente) quienes prácticamente no entendían español.
Yo me había preparado de la siguiente cachafacísima manera:
1) Fuí a ver una película tres horas antes ( "Sé lo que hicieron el verano pasado") intentando "no leer" (e implicitando mi irracional convicción de que todo puede ser aprendido en un rato)
2) Escribí en castellano lo que quería decir (asumiendo las típicas preguntas "que podés aportarle a la compañía", "cuales son tus virtudes y defectos", etc.) y Gabriela Ruggieri (*) me tradujo todo.

Por supuesto eso alcanzó para los primeros 47 segundos y luego, obviamente, quedé en bolas.
Los tres terminamos riéndonos, mientras yo hacía dibujitos para "expresar" el concepto de "mal humorado" o "administración por objetivos".
Cuando me fui, el más importante le dijo al otro: "Contratemos a este pibe!!...imaginate los huevos que hay que tener para meterse, totalmente en pelotas, en una entrevista en otro idioma!!" {"Contratemos" suele ser reemplazado por "internemos" y "huevos" por "insania mental" en la mayor parte de los casos}

Los gringos finalmente me anunciaron la decisión y yo agradecí (literalmente) con un memorable: "It do me happiness" (registrado en el Guinness como la expresión con mayor proporción de errores por palabra).

Con el tiempo fui aprendiendo (apremiado por el hecho de que salvo la mina de la limpieza, nadie hablaba un soto en castellano) y a los cuatro meses ya hablaba por teléfono sin problemas.


Hoy vivo en un "deja vu" contínuo de esa época. Balbuceo portuñol, invento palabras, hago dibujitos y, cuando me caliento, directamente hablo en lunfardo.

El lunes, por ejemplo, tuve la oportunidad de presentar un proyecto al Comité.
Estoy realmente contento porque la propuesta fue unánimemente aceptada y me valió un campo de acción levemente más amplio.
Pero en un momento, terminé de decir algo como "Então a gente não pode ficar esperando pela soluição, amanhá cedo, eu vou ligar para eles falando que já estamos no límite de tempo" (en 3 meses les calculo la cantidad de errores).
Juro que dije eso (toda la presentación fue en portugués, o mejor dicho, en ESO QUE YO HABLO) y los tipos asintieron.....y fui consciente de que mi vida es un homenaje al surrealismo. Pensé, "llega a estar un amigo en esta sala, y me tienen que operar de la mandíbula para que deje de reirme".

Queridos tamagotchis, esto no es nada.
A este ritmo en unos años completaré mi página desde Bagdad, intentando que no se me caiga el turbante y esquivando el merecido degollamiento.

A gente se ve


(*) Colega universitaria, ex esposa de íntimo amigo, compañera en dos trabajos, residente en São Paulo a sólo a 4 cuadras de mi domicilio, hija de padres que viven a 100 exactos mts de los míos...y todo involuntario. Lo que se dice, un destino empecinado en que nos fastidiemos el uno al otro.

Comentarios a: jlcolombo@santanderbanespa.com.br

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